Remecido no sólo físicamente por nuestra misma tierra que de vez en cuando se hace notar; sino remecido emocionalmente. Miles de familias remecidas, sufriendo la destrucción e impotencia de ver como sus casas y pocas o muchas pertenencias logradas en años de trabajo se vienen abajo sin que nada ni nadie pueda impedirlo.
Tanto él como yo estamos en Santiago, donde apenas se sintió el terremoto, pero solidarizamos completamente con todo el norte de Chile y su gente.
El Precio de la diferencia y
Hoy se lee en la portada del diario
Querría saber yo desde cuándo no le damos la debida importancia a la vida humana para considerarlo poca cosa la muerte de dos (aunque fuera una) personas. Entiendo que comparado con los 595 muertos que dejó el reciente terremoto en el Perú, lo de ayer fue una tremenda escapada de lo que podría haber sido una catástrofe de dimensiones inimaginables. Quizás el titular quería subrayar o hacer alusión, de forma muy rebuscada según yo, lo preparados que estamos en Chile, en comparación a nuestros países vecinos, para hacer frente a situaciones de esta índole: mejor infraestructuras, mejores planes y servicios de emergencia, etc. Pero ¿es relevante entrar en comparaciones a la hora de hacer un balance de pérdidas humanas cuando se busca el titular para una portada, o para cualquier noticia, esté en la portada o en las páginas interiores?
El ataque del 11 de septiembre de 2001 contra EE.UU. significó la muerte de 2.973 personas. En el ataque del 7 de diciembre de 1941 contra Pearl Harbor murieron 2.471 norteamericanos. Nadie vio en los diarios americanos al día siguiente del ataque de Al Qaeda titulares como “Podría haber sido peor: sólo murieron 502 personas más que Pearl Harbor”.
La perdida de vida humana es igualmente importante, sea una persona o los más de mil que dejó la guerra étnica en Nigeria. Leontina Espejo y Olga Petronilla, las dos víctimas que dejó ayer el terremoto en la zona norte de Chile, probablemente tuvieran familiares, hijos, nietos, maridos… ¿Cómo se habrán sentido al ser notificados que su ser querido murió producto de los derrumbes? Ni Leontina ni Olga están para leer que sus vidas fueron, después de tantos años vividos -tenían 88 y 54 años respectivamente-, el sacrificio humano que pidió ayer la intensidad de una fuerza mayor y un diario para titular su portada. Las personas que quedaron atrás, sus seres queridos, sí se despertaron hoy y probablemente se cruzaron con esta portada injustificable.
Se sabe que
¿La sacamos barata? ¿Cuál es el precio en número de vidas que tenemos que pagar para que un desastre de esas proporciones justifique un mejor llamado de atención? Supongo que deberíamos dar las gracias que estas dos señoras por lo menos salieron como noticia de una portada. En ese caso yo personalmente hubiera preferido que no salieran.
Trinquete.
Stgo. 151107
3 comentarios:
Trinquete,
Me gustó mucho tu comentario. Algo habremos hecho bien con tu mamá para que no te pasen desapercibidas las faltas de humanidad e insensibilidades. Bien escrito y con corazón. Orgulloso instote a seguir y perseverar.
Un abrazo fuerte,
Alfgarca
Trinquete. Te felicito sobrino. Muy bueno tu articulo. Este es el resultado de los valores que te dieron tus papas. Como tb lo que aprendiste durante todos estos años viviendo fuera, y de tus horas de estudios. Sigue asi. Un beso de tu tia. La chica del café. CSM
Me alegra saber que tu hijo escribe y muy bien. Siento lo de Chile, es increíble, que nos está pasando? por doquier hay muertos, fruto de desgracias atmosféricas que no somos capaces de frenar o tan siquiera prevenir, para tener alerta a la población. Me niego a pensar que en los tiempos de técnica y adelantos conseguidos, esto no se pueda predecir. Cuales son los intereses, para que esto no suceda?
Sigueme informando, te recibo siempre con cariño e interés.
Un beso
Alicia
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